Mi vida cambió a los 35 años cuando comencé a experimentar un dolor agudo en el ojo y cabeza. Al principio lo descarté como algo normal pero luego de notar que había perdido sentido del sabor de los alimentos, decidí buscar mis síntomas en Google y conseguí parálisis de bell como resultado. Inmediatamente llamé a mi médico y me fui directo a emergencias en el hospital.

Las primeras 48 horas luego de sufrir la parálisis son cruciales para la recuperación, la mía fue diagnosticada a las 96 horas. Al ver mi rostro caído y sin movimiento empecé a cuestionarme en varias áreas de mi vida. Me encontraba en una relación tóxica y abusiva, no expresaba ni comunicaba mis sentimientos y estaba tan inconsciente de mi rostro que pasaron 4 días y no me di cuenta que no podía parpadear.

En ese momento decidí empezar a tomar consciencia de mi rostro. Al día siguiente inicié con la rehabilitación, la cual consistía en terapia de kinesio tape, electrofrecuencia y ejercicios diarios que me permitieron aprender a mover nuevamente cada uno de mis músculos faciales, sin embargo a pesar de mi recuperación, sentí que me hacía falta algo más.

Empecé a leer e investigar acerca de terapias alternativas y fue ahí donde encontré el yoga facial como método de relajación y tonificación del rostro. Inicié con sesiones de acupuntura y reflexología 3 veces por semana y poco a poco empecé a sentir y ver como sanaba mi rostro.

Autora, química farmacéutica y fundadora de The Lymphatic Glow
Carolina Jarinova nació en Nicaragua y, desde muy joven, descubrió una profunda vocación por la ciencia, la sanación y el bienestar integral. Es licenciada en Química Farmacéutica con especialidad en Oncología Pediátrica por la Universidad San Carlos de Guatemala. Allí comenzó una carrera que más adelante se transformaría en una misión de vida: empoderar a miles de mujeres a reconectar con su cuerpo a través del poder del drenaje linfático.
Su recorrido profesional la llevó a ocupar cargos clave en la industria farmacéutica, incluidos sus roles como jefa del Laboratorio de Investigación y Desarrollo, y posteriormente del Laboratorio de Control de Calidad en Industrias Licoreras de Guatemala. También trabajó como visitadora médica en el Área de Reumatología y Oncología para Pfizer, y fue asistente de gestión de calidad en Donovan Werke, donde colaboró con procesos de certificación ISO. A pesar del éxito en su carrera, una experiencia personal fue la que transformó por completo su propósito: una parálisis facial a los 37 años le mostró la urgente necesidad de sanar su cuerpo desde adentro.
Esa experiencia, que marcó un antes y un después en su vida, la motivó a formarse en diversas disciplinas holísticas y terapias complementarias. Así, Carolina se certificó en yoga facial con Danielle Collins, en reflexología con Lone Sorensen y en drenaje linfático con expertas como Lisa Levitt, Cecily Braden, Adriana Varón y el Aromatherapy Institute of Ontario (Instituto de Aromaterapia de Ontario). Además, cuenta con la licencia de Holistic Practitioner (Medicina holística) otorgado por el Toronto Municipal Licensing Standards, el organismo que otorga estos permisos en Toronto. Sumado a eso, es coach en menopausia y balance hormonal, tras haberse certificado con Molly Galbraith. Se formó también como profesora de yoga tradicional (200 YTT – Yoga Alliance), de mindfulness (Mindfulness Guatemala) y de pilates (Body Harmonics Toronto).
Hoy, Carolina es la creadora de cuatro metodologías propias: Face Healing Method, Harmony, The Lymphatic Glow, y La Nueva Menopausia, con las que ha transformado la vida de miles de mujeres en todo el mundo. A través de su plataforma, ha formado a más de 8 544 personas en sus cursos y entrenado a decenas de maestras certificadas en distintos países. Con ello, generó un verdadero movimiento global de bienestar, consciencia corporal y salud preventiva.
Más allá de su impacto educativo, Carolina ha creado espacios gratuitos de formación y recuperación para personas que han atravesado parálisis facial (tanto adultos como niños), y actualmente trabaja en el desarrollo de una plataforma para la prevención del cáncer a través de masajes y prácticas de consciencia corporal.

A pesar de mi recuperación, sentía como mi cuerpo se llenaba de energía, emociones y sentimientos que no reconocía ni entendía, y fue ahí cuándo decidí asistir a una clase de yoga tradicional.

En una ocasión, anunciaron un teacher training y sentí el llamado en mi corazón. Me inscribí y en unas semanas mi cuerpo se transformó. No fue fácil, pero con mucho trabajo aprendí que cada postura beneficia diferentes órganos y nos permite sanarlos y desintoxicarlos.

Entendí que la respiración era la clave para realizar cada una de las distintas posturas y decidí incorporar la respiración consciente a mi práctica de yoga facial, de acupuntura y reflexología. 

Durante mi certificación de yoga tradicional empecé a disfrutar de los beneficios de la meditación por lo que quise indagar más en el tema y decidí inscribirme a una clase de Mindfulness.

Ahora podía sentir con cada meditación cómo los músculos de mi rostro sentían espasmos involuntarios y comenzaban a relajarse. Empecé a enfocarme en mi rostro y aprendí a segmentar cada una de sus partes, y fue así como nació la meditación con atención plena en el rostro.

El Face Healing Method® nació en el momento en que decidí estar presente en cada una de las respiraciones conscientes, el día que aprendí a escuchar mi rostro e interpretar cada una de sus necesidades.

Entendí que para sanar nuestro rostro se debe de encontrar la causa y el por que, comprendí que cuando tomas conciencia de tu rostro es muy fácil prevenir y mejorar los signos de la edad, alcanzar el bienestar físico y mental, y que el rostro es el espejo que permite hacer un diagnóstico del cuerpo y alma pues refleja las emociones que marcan el rostro.

Ahora soy maestra certificada en Yoga Facial y Yoga Tradicional con especialidad en Meditación Mindfulness (MBSR).

"Lo que un día me causó un gran dolor, hoy es mi mayor fortaleza."

Actualmente, con la ayuda de todos ustedes hemos creado una de las comunidades más grandes de Yoga Facial en Latinoamérica, con presencia en todo el mundo.

Hoy en día he sido testigo de la transformación del rostro de más de 1,500 mujeres que con testimonios reales han compartido su viaje en el despertar de la conciencia del rostro.